
Cada vez más, las empresas están poniendo al empleado en el centro de su estrategia de negocio, un movimiento clave para ser diferenciales en sus mercados.
Pero esto no siempre es sencillo, especialmente por el cambio global que está viviendo la sociedad y por las dificultades que entraña seguir el ritmo de una fuerza laboral cada vez más preocupada por su impacto en el medio ambiente, la igualdad y la diversidad en el lugar de trabajo y el negocio con propósito.
Por ello, Great Place to Work, consultora de referencia en la identificación y certificación de excelentes lugares para trabajar, ha analizado las tendencias que serán clave en el éxito de la gestión de personas en el próximo año. Con este objetivo ha preguntado a especialistas y directores de Recursos Humanos su visión sobre la evolución y las prioridades para impulsar desde sus departamentos en los próximos años.
El estudio pone de relieve que el entorno de trabajo que conocemos ahora dejará paso a un futuro donde la tecnología, la diversidad y la flexibilidad cobrarán mucho protagonismo. Estos son los cambios que llegan:
De trabajos presenciales a deslocalizados y flexibles
Las nuevas tecnologías permiten acceder a la información en cualquier momento y lugar. Sabiendo que es posible acceder también a la información y los recursos de la empresa de la misma forma, las personas cada vez demandan más flexibilidad y deslocalización en sus puestos de trabajo.
Esto no solo se traduce en el trabajo en remoto o la posibilidad de trabajar desde una ciudad lejana, sino que las compañías comenzarán también a flexibilizar su plantilla, habituándose a una mayor gestión de terceros y empleados freelance.
Las relaciones entre empresa y empleado serán menos tradicionales y estables, pero, al mismo tiempo, se dará más autonomía y responsabilidad al trabajador.
De la jerarquía a la redarquía
La tecnología no solo ha traído consigo cambios mucho más profundos que la conectividad constante, también ha comportado nuevas formas de trabajo y ha inspirado nuevos modelos de organización.
Aunque hasta ahora en las empresas españolas predomina la organización jerárquica, donde la toma de decisiones y la responsabilidad se distribuye de forma lineal de arriba hacia abajo, en 2020 empezaremos a ver algunas compañías sumándose a la “redarquía” y la organización celular.
En estos modelos, la toma de decisiones descansa en las redes horizontales de confianza y valor añadido y emergen de la inteligencia colectiva del grupo. Esto implica que los empleados están más empoderados para dar su opinión, lo que repercute en una mayor confianza en la organización.
De la captación y retención de talento a la “expresión del talento”
Tradicionalmente las empresas se han enfrentado al problema de la captación del talento (¿cómo recluto a los mejores trabajadores?), que en los últimos años ha evolucionado a la retención (¿cómo los motivo para quedarse conmigo?).
En 2020 veremos la problemática evolucionar hacia un enfoque más estratégico: la expresión del talento. Dicho de otro modo, ¿cómo hago que el talento con el que cuento quiera dar lo mejor de sí mismo?
Este reto añade cierto grado de dificultad. Ya no se trata únicamente de tener el talento y que se quede en la empresa, sino de que voluntariamente esté dispuesto a poner todas sus aptitudes y conocimiento al servicio del negocio.
Del salario monetario al salario emocional
Mientras que en 2019 los expertos y líderes han hablado del salario emocional y muchas empresas han dado pequeños pasos para ponerlo en marcha, en 2020 será una tendencia completamente consolidada.
A pesar de que el salario monetario siempre jugará un rol importante en la elección de un puesto de trabajo, los beneficios asociados al bienestar emocional en el lugar de trabajo y la conciliación con la vida personal se convertirán en un motivo de peso que incline la balanza en la decisión.
Además, las empresas lo utilizarán activamente para atraer talento, añadiendo compensaciones no monetarias para sus empleados.
De RRHH a marketing oriented
En 2019 el mercado laboral ha llegado a un punto de saturación en el que cada vez es más difícil atraer talento de forma externa. Por eso, el 85 % de las compañías tenía intención de desarrollar la experiencia de sus empleados y el 64 % pretendía definir su propuesta de valor para sus trabajadores.
A través de herramientas como People Analytics o HR Data Analytics, las empresas tomarán en 2020 un enfoque guiado por datos y centrado en el empleado para afinar mejor su estrategia de captación.
Con este mismo objetivo, los departamentos de Recursos Humanos adoptarán un enfoque mucho más orientado al marketing y a técnicas de segmentación de sus audiencias para ser más eficientes.
“En 2020 nos enfrentaremos a varios retos en la gestión del talento, y, en el panorama en constante cambio en el que nos encontramos, es importante navegarlos con estabilidad y con confianza”, explica Jaime de Nardiz, director de transformación cultural y ranking best workplaces en Great Place to Work España.
“Conseguir excelentes lugares para trabajar implica crear entornos donde los empleados se sientan libres para expresar su talento y que lo hagan a sabiendas de que la compañía los apoya en su carrera y en su vida personal”, añade De Nardiz.
Fuente: rrhhpress.com